Hoy me desperté cantando
“Justicia”, de Attaque 77. Se acerca la hora de tomar una decisión. De la forma
más dolorosa, descubrí que no cuento ni para mi familia ni para mi ex novia ni
para el hombre con el que convivo ni para mis amigos de la infancia. Después de
casi treinta años de andar vagando por el mundo me parece un poco injusto el
hecho de sólo contar con Justicia.
“Así es la vida,
m´hijito” me habría dicho mi abuelita si no la hubiéramos llevado a celebrar su
cumpleaños número noventa en la parrilla libre en la que siete choripanes, dos
morcillas, seis chinchulines y otras tantas porciones de molleja, vacío, bife,
costillita de cerdo y matambre, coronados por tres porciones de flan con dulce
de leche y crema, trece bochas de helado y un tecito digestivo pusieron fin a la
trayectoria de esa hermosa mujer, tan rebosante de luz como de colesterol; tan
excedida en afecto como en los triglicéridos.
Mi vieja,
siempre tan receptiva con las supersticiones, aún está convencida de que la
causa de su muerte fue no haberse detenido en la decimosegunda bocha de helado.
“La mató el trece” decía, “el de la mala suerte”. Un poco de razón puede que
haya tenido, porque a mi difunta abuelita la habíamos visto comer mucho más que
eso en la merienda o en el desayuno sin siquiera sufrir un espasmo.
Más allá del
deceso de la buena de Clotolinda, la cuestión está en que, al parecer, Justicia
Social es lo único que me ata al país, y aunque siento un profundo amor por
ella, no deja de ser una relación que acaba de comenzar. ¿Tengo derecho,
entonces, a sobrecargar nuestra relación con expectativas desmedidas? No lo
creo. ¿Sería justo cargar a una persona que acabo de conocer con la
responsabilidad de hacerme feliz y el peso del destino de mi vida? Lo dudo
mucho.
Cuando la vida
te acorrala y te deja sin alternativas, las decisiones más complicadas se
vuelven tan sencillas como necesarias.
No tengo opción,
lo tengo claro ahora. Mañana le daré una respuesta a la falsa Lucrecia.
¡Qué momento, Don Natalio, qué momento!
ResponderEliminarMuchas gracias, Fernando. Ni en broma me consideraría digno de ser comparado con una celebridad tan prestigiosa.
EliminarSaludos!
Presiento que te nos vas Don Natalio!
ResponderEliminarYa lo veremos, Anó, ya lo veremos.
EliminarSaludos!