sábado, 24 de agosto de 2013

Día 236 - Gaby, fofo y milico

Hoy me desperté cantando “Come as you are”, de Nirvana.  Hasta ayer mis lamentaciones siempre habían sido por sentir que mi vida se había estancado, pero desde que acepté, sin siquiera preguntar de qué se trataba, el laburo que me ofreció mi vieja, tengo la sensación de haber retrocedido. De todos modos, necesitaba el dinero para comprar cannabis y no tenía más remedio que cumplir con el acuerdo e ir a la casa de mi madre después del mediodía.
Estacioné la furgonetita frente a la puerta, bajé, golpeé y, tras diez minutos de espera, mi vieja se dignó a abrir la puerta. El mimo estaba en la casa y acababan de almorzar.
—¿Qué hace este tipo acá? —le pregunté.
—Y ¿para quién te creés que vas a trabajar? —me dijo.

—¿Cómo?
—Sí, el trabajo del que te hablé es con él. Necesita a alguien que lo ayude con su número, porque con todo esto del día del niño aumentaron considerablemente las contrataciones para cubrir fiestitas infantiles, y él insiste con que necesita un personaje que lo complemente.
—Pero ¿por qué yo?
—En primer lugar, porque necesitás la plata, y en segundo lugar, porque él solía hacer dupla con tu padre. Llevás la compatibilidad en el ADN.
—Y ¿qué se supone que tengo que hacer? —le pregunté.
—Ahora él te explica.
El mimo se acercó, me estrechó la mano y luego hizo un gesto que, de acuerdo a mi interpretación, hacía referencia a una nariz de payaso. Luego representó a una persona gorda y, por último, llevó, con la mano extendida, la punta de sus dedos hasta su sien.
—¿Payaso gordo y militar? —pregunté tratando de adivinar lo que quería decirme.
El mimo asintió con la cabeza y, confiado por mi acierto, continuó gesticulando a mayor velocidad.
—No entiendo lo que quiere decirme —le dije a mi madre— ¿Por qué no me decís qué mierda es lo que necesitan que haga y me evitás todo esto?
—Es sencillo. Quiere que seas su compañero mañana, en el cumpleaños número tres de un mocoso.
—Pero ¿qué tienen que ver los payasos gordos y paramilitares con ese cumpleaños?
—Que, en caso de que aceptes el trabajo, tu personaje se va a llamar “Gaby, fofo y milico”, y vas a representar a un payaso sedentario y autoritario que no hace más que dar indicaciones a los niños.
—Denme tiempo para pensar —dije y me fui sin saludar.

Ahora estoy pensando si debo aceptar o no. Es cierto, necesito el dinero, pero ¿a qué precio?

2 comentarios:

  1. El precio del dinero es muy alto, Don Natalio. Y más en un año electoral.

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    1. Tema "elecciones", paso. Ah, no, las paso ya pasaron, así que ya no paso.
      Saludos!

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