Hoy
me desperté cantando “Sin pena ni gloria”, de No te va a gustar. A las ocho de
la mañana ya estaba en la estación de GNC para afrontar una nueva jornada
laboral. Habían transcurrido menos de ocho horas desde que me había ido de ahí
y, con el objetivo de sumar unos minutos de sueño, no me había bañado ni me
había afeitado. Al verme llegar, desaliñado, barbudo y roñoso, el encargado me
mandó de regreso al conventillo.
—Andá,
date una ducha, aféitate y volvé —me dijo—. Así vas a espantar a todos los
clientes.
La
puta que lo parió. Este tipo está colmándome la paciencia. Mientras me duchaba,
consideré la opción de rebelarme y no volver, pero no estaba en condiciones de
darme ese lujo, menos ahora que estaba tan cerca de comprar la quinta parte de
una furgonetita Volkswagen.
Cuando
llegué a la estación, el encargado me recibió con el anuncio de que un sujeto
había preguntado por mí y había dicho que regresaría otro día.
—¿En
qué auto andaba? —le pregunté.
—En
una de esas camionetitas con forma de pan lactal —me respondió, lo más orondo.
—¿Era
verde y blanca? —le pregunté tomándolo del brazo.
—Qué
se yo, no me acuerdo.
—¡Hacé
memoria! —le grité— ¿Era o no era verde y blanca?
—¡Sí,
pedazo de loco! —me dijo y apartó mi brazo—, era verde y blanca. Tendrías que
dormir mejor a la noche. Estás un poco nerviosito.
Lo
único que me faltaba. Por culpa de este turro me perdí la oportunidad de
concretar la compra de la furgonetita Volkswagen. Espero que este tipo vuelva
pronto.
Después
del mediodía, vino Vicky para continuar con el entrenamiento. Mañana por la
noche peleará contra “La Mole Moni” y todavía hay mucho por hacer. Para evitar
un nuevo enfrentamiento con mi jefe, le sugerí que se pusiera las calzas.
Cuando volvió, ya cambiada, le pregunté si había tenido éxito justificando mi
ausencia en la visita al Lugar Especial.
—Sí,
no te preocupes. Le dije al moderador que te había cruzado en la calle por
casualidad, y que estabas en estado de crisis, tomando Don Perignon del pico de
una botella y cantando “Al Don Pirulero” mientras leías “Don Segundo Sombra”.
—Muchas
gracias, Vicky. ¿Qué dijo el moderador? —le pregunté.
—Que
lo tuyo es más grave de lo que había creído.
—Perfecto
—le dije—. ¿Cómo te fue en el Lugar Especial?
—Está
terminantemente prohibido hablar del Lugar Especial fuera del Lugar Especial.
Hasta está prohibido preguntar por el Lugar Especial y también está prohibido
decir que está prohibido hablar del Lugar Especial o preguntar por el Lugar
Especial o decir que está prohibido hablar del Lugar Especial o preguntar por
el Lugar Especial —dijo, me dio la espalda y se puso a entrenar.
Debo
reconocer que, si bien no es tan perfecto como el mío, su culo luce bien bajo
las calzas rojas. Que nadie ose malinterpretar mi comentario. Jamás la miraría
con ojos libidinosos. Lo digo en sentido estético, nada más.
Por
suerte hoy nos largaron un rato antes de la medianoche. Al despedirnos, le aconsejé a Vicky que
se alimentara bien y se durmiera pronto, y me fui a hacer lo mismo. Mañana
viviremos un día trascendental, coronado, si Dios nos lo permite, por una noche
mágica.
Ya quiero saber que es el lugar especial!
ResponderEliminarYo también, Fam, pero temo que esté prohibido querer saber de qué se trata.
EliminarSaludos!
Suerte para mañana, mejor merde, saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Anó. Valoro tu sugerencia, pero no está permitido morder en una pelea de boxeo.
EliminarSaludos!
¿Don de va la gente cuando llueve?
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