lunes, 25 de marzo de 2013

Día 84 - "La Mole Moni"

Hoy me desperté cantando “Bohemian Rhapsody”, de Queen. De pie en la puerta de mi dormitorio, Héctor “Bicicleta” Perales, quien es el encargado del conventillo y quizá el único habitante de la vivienda que no le teme al demonio cantor que me habría poseído, esperó con respeto durante los seis minutos que dura la canción. Ni bien terminé de cantar, entró y caminó hacia donde yo estaba. Detrás de él caminaba su pupila, la mujer a la que está entrenando para que enfrente a Vicky, la loca de los guantes de cocina, en la pelea de boxeo que tendrá lugar el sábado por la noche. Además de ser inmensa, la contrincante de Vicky es una mujer tímida, porque sin demasiado éxito pretendía ocultarse detrás de Bicicleta. Su cuerpo gigantesco sobresalía por ambos costados.
—Don Natalio —me dijo Bicicleta— venimos a hacer uso de las instalaciones del gimnasio.
—No hay ningún inconveniente. Siéntanse como en su casa —le respondí.
—Imagino que ustedes ya se conocerán, porque Mónica es socia del gimnasio —agregó Bicicleta.
Acababa de enterarme de que ese urso tenía un nombre y de que ese nombre era “Mónica”, pero no quise quedar mal con una socia del gimnasio y dije:
—¡Claro que nos conocemos! Moni es una de mis preferidas.
—A partir de ahora —dijo, en tono severo, el amigo Bicicleta— puede llamarla “La Mole Moni”. Le pusimos ese nombre en homenaje a su ídolo.
—Me parece muy bien —dije—. Voy a limpiar un poco así los dejo trabajar tranquilos.
A toda velocidad, bajé las escaleras, busqué una escoba en el patio de planta baja, volví a subir y me puse a barrer el piso del gimnasio como una excusa para poder observar el entrenamiento de La Mole. Ufff… Esa mujer es una bestia. Puede que la agilidad no se encuentre entre sus virtudes y que esa falencia represente una ventaja para Vicky, pero sus puños chocan contra la bolsa de boxeo con la fuerza de un camión a cien kilómetros por hora. Tengo miedo por el daño que puedan causar esos nudillos sobre el rostro delicado de mi amada. Ni quiero imaginar las consecuencias neurológicas que acarrearía un golpe de esa magnitud. Fue tal el estupor que me causó la escena, que no pude continuar barriendo y, boquiabierto, no pude más que contemplar sus movimientos. Consciente del efecto que había producido en mí la violencia extrema de su pupila, Bicicleta caminó hacia el metro cuadrado que yo estaba barriendo hacía quince minutos.
—Me parece que esa parte ya está limpia, Don Natalio —dijo con un dejo de sorna.
Yo asentí con la cabeza.
—Pega fuerte La Mole, ¿eh? —me preguntó y me palmeó la espalda.
Yo tragué saliva y asentí con la cabeza.
—Bueno, Don Natalio, si no le molesta, le voy a pedir que nos deje solos unos minutos. Tenemos que practicar algunos movimientos secretos y, siendo usted el entrenador de la otra, no me parece correcto que ande por acá.
Me fui. Bajé las escaleras a paso lento, caminando al compás de los golpes de “La Mole Moni” contra la bolsa de arpillera. Sus puños retumbaban y estremecían las paredes de todo el conventillo. Estoy muy preocupado por la salud de Vicky. Tenemos pautado un entrenamiento para mañana, pero, a raíz de los acontecimientos que acabo de presenciar, no sé si deberíamos intensificar la preparación o, directamente, suspender la pelea.

7 comentarios:

  1. Hola!
    Decirte que no entiendo mucho de boxeo o deportes de contacto, pero al caso es lo mismo.
    Tienes dos opciones (a mi modo de ver) y dependen de cómo sea tu forma de ser...
    La primera es dejar que peleen pero si le pasase algo a Vicky ¿te lo perdonarías? o lo arrastrarías durante mucho tiempo...?
    La segunda es suspender la pelea. Vicky te lo reprocharía? Te sentirías cobarde o cauto?
    Sólo tú sabes lo que hay...
    Mi sincera opinión: no arriesgo la salud de un semejante y más si es alguien querido ni loco.
    Un saludo y que todo vaya bien!

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  2. PD: También entiendo que es un deporte de contacto y por tanto conlleva sus riesgos...

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    1. Muchas gracias, Leolux, por el consejo. La verdad es que cuanto más lo pienso más dudas tengo.
      Saludos!

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  3. Hay que hacer la gran Nicolino Locce, que era experto en no dejarse tocar.

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    1. Muchas gracias, Fernando, por el consejo. Voy a repasar algunos videos del gran Nicolino en Youtube.
      Saludos!

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  4. Estoy con Fernando, tiene que cansaros sin dejarse tocar y...meterle un piñón como el que te dio, y a la lona, saludos

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    1. Muchas gracias, Anó. No sabía que se conocían con Fernando. Mandale saludos si es que seguís estando con él.
      Saludos!

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