lunes, 18 de febrero de 2013

Día 49 - El nido vacío

Hoy me desperté cantando “El pájaro vio el cielo y se voló”, de Los Auténticos Decadentes. Por segundo día consecutivo me desperté deprimido, sin ganas de hacer nada y sin poder explicarme por qué mi primo Luján, de Luján, me había abandonado para ir a conocer el mundo con la murga itinerante “Los Piantavotos de Ituizangó”. De repente era consciente de que, a pesar de mis cinco socios, de Vicky y los demás Pelotudos del Grupo, de mi vieja y mis ocho hermanos, estaba solo en el mundo. En años anteriores, una revelación de este calibre me habría valido cinco días de cama, pero ahora, con tantos proyectos en plena etapa de desarrollo, no podía dejarme estar.
Como una cicatriz abierta, la pared de mi dormitorio sigue exhibiendo la mancha que le imprimí el día de San Valentín, cuando arrojé con vehemencia la bandeja del desayuno porque, erróneamente, pensé que Luján me había hecho una torta con forma de culo. Observé la mancha con detenimiento y la vi parecida a las que componen el test de Rorschach, ese que te hacen en las entrevistas de trabajo después de hacerte dibujar un hombre bajo la lluvia y un árbol. La mancha admitía una única interpretación posible: tenía que ir a visitar a mi terapeuta amigo.
Lo llamé y descubrí o que estaba muy al pedo, o que necesitaba el dinero o que había notado en mi voz un dejo de desesperación, porque me pidió que fuera enseguida. Llegué y toqué timbre. Mientras tuve el culo gordo, este turro nunca tuvo un solo gesto de caballerosidad para conmigo. Esta vez, como gracias a las zapatillas que me vendió el encargado de mi edificio tengo el culo de Jessica Cirio, me dejó pasar primero y me advirtió que el ascensor no estaba funcionando, supongo que para mirarme las nalgas mientras subíamos los trece pisos por escalera. Entramos a su consultorio, nos sentamos uno frente al otro y comenzó a hacerme preguntas.
—¿Faltaste al trabajo? ¿Cómo fue tu vuelta?
—No, no trabajo más ahí. Volví cuando se me terminó la licencia y los dueños habían cerrado la empresa.
—Y ¿cómo te las estás arreglando para vivir?
—Tengo varios proyectos. Además, salí segundo en un concurso y me gané cinco lucas.
—¿En serio, che? Eso está muy bueno. No sabía que concursabas. ¿De qué era el concurso?
—No importa —le dije—. Estoy acá por otros asuntos.
Por algún motivo, me dio pudor contarle que había salido primera princesa en el concurso Miss Cola Reef Verano 2013. Le expliqué lo que me estaba sucediendo como consecuencia de la partida de mi primo Luján, el Esclavito Contento, Empleado del Mes Enero 2013. Tras pensar unos minutos, me dijo:
—Lo que estás viviendo es algo muy común...
—Puedo quedarme tranquilo, entonces —dije, interrumpiéndolo.
—Dejame terminar, Natalio. Es algo muy común en las madres cuando sus hijos abandonan la casa y se van a seguir con su vida.
—Cuando yo me fui de casa, mi vieja estaba feliz. Para que te des una idea, organizó un pijama party que duró cinco noches y hasta consiguió el auspicio de Johnnie Walker.
—Bueno, no todas las madres lo sufren y no todas lo manifiestan de la misma manera —me explicó—. Lo importante acá es que vos estás sufriendo el síndrome del nido vacío. Seguramente te sentís solo, abandonado, con mucho tiempo libre, sin ganas de hacer nada…
—Sí, eso es exactamente lo que estoy sintiendo. ¿Qué hago? —le pregunté, algo desconcertado.
—Rodeate de gente. Tratá de no estar solo —me dijo.
—Bien, me parece una buena forma de atacar las consecuencias de este síndrome. Ahora, ¿qué tengo que hacer para solucionar el problema de fondo?
—Tiempo, Natalio. Tenés que tener paciencia —dijo y miró el reloj—. Hablando de tiempo, se nos terminó la hora.
Le pagué, nos despedimos, me invitó a bajar por las escaleras pero le dije que tenía el presentimiento de que el ascensor había vuelto a funcionar, y así fue, si es que alguna vez había estado roto. Nos despedimos y volví caminando a mi departamento.
¿El síndrome del nido vacío, Natalio? Y sí, es natural, si hace menos de dos días el pajarón de tu primo vio el cielo a través de la ventana y se voló…

12 comentarios:

  1. Considerando tu acroteras con el esclavito creo que lo que temes que hacer es conseguirte una novia y tener un Natalio/a, qué hermosos!

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    1. Muchas gracias, Anó Nimo. A pesar de tus buenas intenciones, me es difícil comprender tu mensaje. Debo confesar que tuve que buscar "acroteras" en el diccionario.
      Dice así: "Cada uno de los pedestales que sirven de remate en los frontones, y sobre los cuales suelen colocarse estatuas, macetones u otros adornos".
      Me imagino que habrás querido decir que mi culo merece un monumento. En caso de ser así, muchas gracias por el halago.
      Saludos!

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  2. Todo pájaro espera el momento de batir sus alas y volar. Y, aunque mantengo mi postura sobre el primo Lujan, está bien que salga a conocer el mundo. Después de todo, Ituzaingó está en el camino a Lujan, de modo que allá va, a su origen, como los salmones.

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    1. Muchas gracias, Fernando, por la visión optimista de esta situación. Vaya uno a saber dónde está Luján ahora.
      Saludos!

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    2. Bueno, hasta donde pude averiguar, sigue estando a 70km de Buenos Aires.
      ¿Qué? ¿Que no era la ciudad?
      ¡Ah! Perdón, creo que me distraje.

      Bueno, el primo Luján debe estar, ya, alrededor de la Basílica homónima. Que tiene mucha relación con todo esto, en primer lugar porque la virgen de Lujan es la más famosa de Argentina. Y el primo lujan lo es, también. Virgen, quiero decir, porque todavía no es tan famoso.

      Y quién te dice que la renuncia del señor papa no esté, a su vez, relacionado con esto. Tanta pedofilia, tanto embambinamiento ocurrido detrás de las sotanas. Porque, seamos honestos, ¿por qué la sotana? Según creo, porque es más rápido levantar una sotana que bajar un pantalón para cumplir con cualesquiera de los dos funciones primordiales del dicho pene, que a fin de cuentas no es más que un símbolo fálico, pero que te puede dejar el culo al norte.

      Perdón, creo que me excedí en el tiempo.

      ¡Salud!

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    3. Muchas gracias, Fernando, por los problemas legales que va a ocasionarme tu comentario.
      Saludos!

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    4. ¿Para qué estamos los amigos, si no?
      De todos modos, seguramente debe haber algún taxista abogado que sin duda resolverá esto en un subir y bajar de banderita.

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    5. Sí, el tema es que no sé si quiero deberle favores a ningnuno de mis socios, porque necesito mantenerme en una posición fuerte para desterrar la idea del papa móvil y reencaminar la compra de la furgonetita Volkswagen.
      Saludos!

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    6. Claramente. Yo pensaba en otro taxista, no de los socios. Conozco un lugar cerca de la fuente de Las Nereidas donde se reúnen a almorzar en un puesto de hamburguesas y choris. Puedo buscar por ahí, dado que estoy siendo una posible causal de problemas.

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    7. Esperemos. Por el momento tus declaraciones no han despertado rencores. De todas maneras, te agradeceré el contacto. Siempre es bueno tener el número de un buen abogado a mano... Y el de un taxista, ni hablar.
      Saludos!

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  3. Aquí me tienes compañero bloguero. Como ves cumplo una a una las normas del buen bloguero jijij. Tienes un buen blog no desaproveches el tiempo intentando hacer las cosas que dije sobre blogs...la vas a joder. Por cierto, eso de que tu culo merece un monumento, no lo he visto en ningún manual sobre bitácoras jijijijijij

    A cuidarse y mineralizarse.
    Saludos

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    1. Muchas gracias, Piensaenbrooklyn. Siguiendo tu consejo de no seguir tus consejos, te respondo en mi blog.
      Saludos!

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