Hoy
me desperté cantando “Coolo”, de Illya Kuryaki and the Valderramas, y mientras
cantaba sacudía el cuerpo por todo el departamento. Ayer, me da un poco de
pudor confesarlo, me pasé un buen rato mirándome el culo en el espejo. Primero
busqué en internet una foto del culo de Jessica Cirio para poder compararlos.
Tal vez el de ella sea un poco más bello porque el mío es un tanto más velloso,
pero exceptuando esa diferencia, que se salva con un poco de cera caliente, somos
culos gemelos.
Esta
mañana estuve investigando en internet el asunto del cierre de la empresa en la
que trabajaba. Al parecer, estaban por declarar la quiebra y, tal como me contó
el kiosquero de al lado, los dueños cerraron sin previo aviso y se fugaron de
noche. Pagaron los sueldos de enero, sí, para apaciguar un poco los ánimos,
pero la situación no admite esperanzas de volver a recibir un mísero centavo
por parte de estos turros. En resumidas cuentas, puedo declarar, sin temor a
equivocarme, que he pasado a engrosar la lista de los desocupados.
Necesito
generar ingresos. Descontando lo del alquiler, que es el único pago que no
puedo postergar, porque si me atraso veinte minutos de la fecha estipulada la
nazi que me alquila es capaz de invocar al espíritu de Hitler y conseguir dos
tanquetas para desalojarme… Descontando lo del alquiler, decía, me quedarían 3.745
pesos con 28 centavos. Eso sin contar los 65 centavos que con tanto esmero logre
ahorrar el mes pasado y sin tener en cuenta las doce cuotas pendientes por la
escaladora y los treinta pesos que debo en la panadería del barrio. Con esa
cantidad puedo tirar, como mucho, hasta el próximo alquiler.
Sí,
definitivamente, necesito generar ingresos. Soy consciente de que hace unos
días descarté, por descabellados o delirantes, todos los proyectos que habían
ido surgiendo desde principio de año, pero eso lo hice porque quería
concentrarme en escalar posiciones en mi trabajo. Ahora la realidad cambió y mi
forma de ver las cosas debe cambiar con ella. Por eso estoy considerando la
posibilidad de encarar los tres proyectos juntos. Sí, ¿por qué no? Tengo mucho
tiempo libre como para desarrollar el emprendimiento turístico del “Pasea
Porros”, el salón de belleza en los velatorios y entrenar a Vicky, la loca de
los guantes de cocina, como boxeadora. El problema es que los números no
cierran. Ya no cerraban cuando tenía trabajo, ni me quiero imaginar ahora.
Necesito pensar… Tiene que haber una forma…
Tal
vez la solución esté dada por encontrar los socios adecuados para cada
emprendimiento. Para el “Pasea Porros”, por ejemplo, puedo incorporar a mi
grupo de asesores. Ellos manejan taxis, conocen mejor que nadie la ciudad y poseen
la ventaja de tener calle y ser, a la vez, muy cultos. ¿Quién mejor que ellos
para pasear al grupo de holandeses fumones y vestidos con ropa de cuero por la
ciudad? Para el salón de belleza en los velatorios, tendría que entablar
relación con un nuevo peluquero. Quizá lo mejor sea renunciar a mi idea
romántica del peluquero de barrio, olvidarme de Antonio y contactarme con algún
espécimen de la nueva generación de estilistas (la palabra me da náuseas). Un
proyecto innovador requiere sangre joven. Lo de Vicky va a ser un poco más
complejo, porque, antes que nada, tengo que convencerla.
Hasta
podríamos comprar una sola furgonetita Volkswagen y usarla para los tres
emprendimientos. Total, las excursiones tendrían lugar a la tarde, los velatorios
a la madrugada y las peleas de boxeo se organizan una vez cada tanto. Sí, estoy
decidido. Encarar los tres proyectos juntos va a incrementar las chances de
éxito. Con alguno la voy a pegar. El tiempo apremia, pero tengo confianza. No
por nada dice el refrán que el que mucho abarca, toco aprieta. Hoy ya es un
poco tarde, mañana es domingo… ¡El lunes empiezo!
Buenas Natalio!!! si bien voy retrasada en la lectura de tus aventuras, aprovecho para reflexionar y decirte que una lluvia de ideas es la mejor manera de empezar un proyecto!!! me gusta tu actitud positiva para ver las cosas!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Natali, por el consejo. Pensé en la lluvia de ideas, pero, lamentablemente, estamos enfrentando la mayor sequía de los últimos tres siglos.
EliminarSaludos!