Hoy me desperté
cantando “Nice guys finish last”, de Green Day. En mi cabeza seguía dando
vueltas la misteriosa figura del moderador del Grupo de Ayuda para Gente con
Problemas Pelotudos. ¿Qué sé acerca de él? Prácticamente nada. Ni su nombre, ni
su edad, ni su estado civil, ni dónde vive, nada. Aun así, traté de averiguar
algo en internet, pero con tan poca información resulta imposible. Tampoco encontré
mucho acerca de terapias alternativas como la de nuestro grupo. Ni siquiera en
Taringa, que es a las dudas lo que era antes de la inflación un todo por dos
pesos para alguien que se había ido de vacaciones y se había olvidado el
shampoo, el dentífrico y la crema de enjuague.
Después estuve
insistiendo con Vicky. Llamé incansablemente al fijo y al celular, pero nunca
atendió. En algún momento debe haber fallado un semáforo de los que acomodan el
tránsito de ideas en mi cabeza, porque chocaron dos neuronas y caí en la cuenta
de que tal vez Vicky tiene identificador de llamadas y, avergonzada por haberme
dormido para comerme las uñas de las manos y las de los pies, estaba
rehusándose a atenderme. Busqué en internet cómo bloquear mi número en caso de
que tuviera identificador y la llamé al fijo para que hubiera más chances de
que atendiera ella, porque era el padre quien le atendía el celular.
Mis neuronas no
chocaron en vano. Al otro lado del teléfono la voz compungida de la antropófaga
Vicky preguntó “¿Quién habla?” Le dije que era yo, que por favor no cortara.
Cuán apenada estaba, cuánta vergüenza sentía. Me pidió disculpas de mil maneras
distintas. Noté, por el temblor de su voz, que estaba a punto de quebrarse, y quise
consolarla.
—Quedate tranquila,
Vicky. Hacé de cuenta que estamos a mano por el beso que te di sin tu
consentimiento.
—Bueno —me respondió—,
pero yo aquella vez te metí una trompada. Tendrías que pegarme para quedar a
mano.
—Pegarte no te voy a
pegar, pero puedo invitarte a cenar esta noche. ¿Te parece?
Al otro lado del
teléfono, Vicky dudaba. Creo que era tan grande la culpa que sentía, que no se
atrevió a decirme que no. Me apena un poco haberme aprovechado de la situación
de una forma tan vil, pero si no explotara los momentos de debilidad de las
mujeres, todavía sería virgen. Para piropearla un poco, la felicité por su
dentadura.
—No digas pavadas —me
dijo, entre risueña e incrédula.
—Es verdad —insistí—. Tenés
una dentadura armoniosa. Las uñas me quedaron súper prolijas. Además, es
evidente que tenés una mandíbula muy fuerte, porque con el alicate me cuesta
mucho cortarme las uñas de los dedos gordos de los pies, y sin embargo, vos las
dejaste perfectas.
—¡Basta, Natalio! Hablemos
de otra cosa. Me hacés poner colorada.
Antes de cortar, como
quien no quiere la cosa, le pregunté:
—¿Cómo es que se llama
el moderador del Grupo de Ayuda? ¿Podés creer que no me acuerdo?
—No sé. Él se
autodefine como el hombre sin nombre —dijo y cortó.
Esta noche la paso a
buscar para ir a comer algo. Será nuestra primera cita. Espero que todo salga
bien, porque tengo pensado invitarla a que trabaje con Christian y conmigo en
el proyecto del salón de belleza en los velorios. Vamos a ver qué pasa.
Natalio, me acompañás cada día, sos impredecible
ResponderEliminarMuchas gracias, Anó Nimo, pero el hecho de acompañarte cada día me hace predecible. Saludos!
EliminarYo sugiero que uses cinta en la punta de los dedos, algo así como lo que hacen los que juegan al volley (¿o es voley?)
ResponderEliminarPero no sé, la otra vez sugerí usar un protector para la cabeza, y resulta que el tema eran las uñas. A estas alturas, supongo que lo mejor debería ser una armadura.
Muchas gracias, Fernando, por preocuparte por mi integridad física. Tengo el presentimiento de que en adelante Vicky no me va a hacer más daño.
EliminarSaludos!
Natalio; yo soy Anónima, retomando la idea del todo por dos pesos,sera posible que haciendo click sobre el tema musical del día pueda escucharlo mientras leo? con esto tendría cubierta la cuota diaria de literatura y música...dos pájaros de un tiro...
ResponderEliminarTendría que analizarlo, Anó Nima, o hacer un curso de hacker con Carlín Calvo.
EliminarSaludos!