Hoy me desperté cantando “Soy laburante”, de Luis
Aguilé. Una inocentada del dj que tengo en la cabeza, que de alguna forma quiso
felicitarme por haber conseguido una licencia hasta el 1 de febrero.
¡Vacaciones pagas! Aunque no tan vacaciones, porque tengo mucho por hacer.
Esta mañana, tal como lo había planeado ayer, intenté ir al gimnasio. Creo que es la primera vez en mi vida en la que llevo a cabo un plan al día siguiente de haberlo pensado. En otra época me habría demorado unos dos o tres meses. Nunca había ido a un gimnasio y me propuse causar una buena impresión y ya ir preparado para empezar a entrenar de inmediato. Me calcé la ropa deportiva, muñequera, vincha, caramañola y arranqué. El criterio del que me valí para elegir el gimnasio fue el mismo que utilizan todos para elegir en qué kiosco comprar: fui al que queda más cerca de mi casa. Ahí un hombre ultra musculoso con cara de “tengo muchos amigos, pero porque me tienen miedo y no se animan a dejar de verme” me recibió en la puerta y trató de detenerme mostrándome la palma de una de sus manos. A esa altura era tal mi entusiasmo y tan grande mi compromiso con la actitud deportiva que, presa de un acto reflejo, malinterpreté el gesto y le choqué los cinco con una violencia inusitada. El choque de nuestras palmas retumbó en el hall de entrada y, por la expresión en su rostro, entendí que había llegado el momento de comenzar a entrenar: me fui corriendo a toda velocidad.
En mi carrera, que se extendió por seis o siete
cuadras, di con una sucursal de una de las grandes cadenas de gimnasios. Para
ser atendido tuve que sacar número y esperar tanto como la última vez que fui a
hacer el trámite para que me reactivaran la luz. Por lo menos ejercité la
paciencia. Llegó mi turno y, en la caja 17, me atendió un joven desgarbado que,
como yo, nunca había levantado una pesa. Me preguntó nombre y apellido y, tras
mi respuesta, me dijo:
—Señor Gris, ¿qué tipo de entrenamiento tiene
pensado hacer?
Mi silencio y la duda dibujada en mis gestos
funcionaron como la señal para que él comenzara a enumerar una caterva de
opciones incomprensibles.
—Body Painting, Aero Boxing, Pilar Solting, Resting
Forming, Great Sensation, Cuba Golding, Crazy Monkey…
La lista parecía no tener fin. Acerqué un poco la
cabeza y, cuando se detuvo para oírme, le dije:
—Quiero adelgazar un poco el culo.
—¡Ah! Body Modeling —me dijo y dibujó una cruz en
algún punto de su planilla.
—¡Perfecto! —le respondí—. ¿Ya puedo comenzar a
entrenar?
—¡No! —me dijo y me entregó una pila de hojas del
tamaño de tres manuales Kapelusz—. Primero tendrá que llenar estos formularios,
traer el apto médico, su acta de nacimiento, un título de propiedad a su nombre
o, en su defecto, la declaración jurada de tres personas que acrediten que
usted es capaz de hacer siete abdominales en menos de 20 segundos, las últimas
seis boletas de tres servicios que estén a su nombre, una copia certificada del
título de la escuela secundaria, la receta mecanografiada del pollo a la
parisienne y cuatro fotos carné: una de frente, una de nuca y una de cada perfil.
—¡La pucha! ¿Y el abono? ¿Es mensual? ¿Cuánto me va
a costar?
—Efectivamente, el abono es mensual y asciende a
379 pesos. Pero, por ser nuevo en nuestra red, deberá abonar el primer año por
anticipado y el 50 % de los últimos tres meses del año 2012 como penalización
por no haber venido antes.
—¿Si, por algún motivo, quisiera darme de baja
antes de finalizar el año?
—En ese caso, señor Gris, nos encargaremos de
hacerle la vida imposible hasta que cambie de opinión.
—Perfecto, muchísimas gracias. Mañana o pasado
traigo todo.
¡La puta que los parió! Al final debe ser más
barato y más sencillo abrir un gimnasio propio que afiliarse a uno. Por lo
menos, para ser mi primer día de ejercicios estuve bastante bien. Corrí siete
cuadras a toda velocidad y caminé otras diez cargando una pila de hojas del
tamaño de tres manuales Kapelusz. Mañana será otro día.
Sufri el mismo flagelo hace unos meses!... pero vencí al sistema y me anoté, por un año.... lo que no quiere decir que este yendo!
ResponderEliminarEs más fácil alquilar un departamento. Estoy indignado. Aprovecho la ocasión para agradecerte por la difusión en tu blog. Es, después de mi nacimiento, la primera vez que me nombran en un sitio público. ¡Muchas gracias! Saludos.
ResponderEliminarFaltaba más! mi crisis de los 30, a diferencia tuya me llego 1 año despues... el momento de cumplir los 31 fue dramatico.
ResponderEliminarEstaría genial que tengas un twitter... seguir las desventuras de este año tan duro en 140 caracteres sería interesantísimo.
Tengo Twitter: @NatalioGris
ResponderEliminarMi mayor desventura es la escasez de seguidores.
En Facebook soy: Natalio Gris
sigote inmediatamente
ResponderEliminarMe lanzo al fb al estilo maratonista~!!! Ahí te mando invitación.... owo, yo no tengo twitter xD [soy Mawar Hitam ahi me aceptas xD]
ResponderEliminarCómo no, Mawars. Acepto la invitación ni bien la reciba. Tu ayuda será fundamental para poder desactivar la crisis de los 30. Muchas gracias.
ResponderEliminarSaludos!