martes, 1 de enero de 2013

Día 1 - El Tío Mario


Hoy me desperté cantando la canción del Tío Mario. Es esa que dice: “Yo tengo un tío que se llama Mario, es divertido y es veterinario…”. No es un comienzo digno para un día ordinario; menos para el primer día de un año que, se supone, debe ser importante. Lo primero que hice fue correr a buscar mi documento. Sí, efectivamente, tengo 29 años. Entonces, ¿por qué mierda me despierto cantando esa canción de jardín de infantes? En cualquier otra época de mi vida lo hubiera dejado pasar, pero ahora siento la necesidad de encontrarle una explicación a todo lo que se presente como un sinsentido, y el Tío Mario es la madre de los sinsentidos.
Hablando de madres, la llamé a mi vieja.

—¡Qué alegría! —me dijo.
—¿Qué cosa? —le pregunté— ¿Escuchar mi voz el día de mi cumpleaños?
—No, bueno, eso también si querés. Lo decía porque me ahorraste la llamada de larga distancia.
Mi vieja es una rata.
—Bueno, decime feliz cumpleaños aunque sea.
—Natalio, tené paciencia y no seas agresivo. A veces no das tiempo a que la gente te demuestre afecto.
Le iba a contestar que me sobraba paciencia, que la prueba estaba en que llevo 29 años esperando una muestra de afecto de su parte, pero ¿qué sentido tenía ponerme a discutir? Además, yo la había llamado para que me dijera si había en la familia algún tío que se llamara Mario y fuera veterinario. Fui directo al grano.
—No —me dijo—, no hay ninguno. Para que te des una idea, lo más cercano a un universitario que tenemos en la familia es tu primo Octavio, que se pasó nueve años yendo todos los días a la facultad de derecho, porque vendía panes rellenos. ¡Qué cara de boludo que tiene!, ¡pero qué ricos panes!
Mi vieja es una especie de pecera en la que, sin comerse, conviven una rata y una serpiente.
Ahora, volviendo a lo importante, si no tengo un tío que se llame Marío, que sea divertido y veterinario, ¿por qué mierda me desperté cantando la canción? Estoy de acuerdo con eso de que la adolescencia se extendió y reconozco que, con 29 años, soy un fiel exponente de ese estiramiento, pero el Tío Mario es una canción de la infancia. ¿Tendré que interpretarlo como una señal? ¿Será que para desactivar la crisis de los 30 tengo que hacer un repaso de tooooda mi vida? Uffff. ¡Qué dolor de huevos! Ahora resulta que no alcanza con haber transitado una vida intrascendente, sino que además hay que hacer un repaso de algo que ni siquiera tuvo sentido vivir…
Bueno, no perdamos la calma. Tranquilo, tranquilo… Hoy es 1 de enero, es feriado, es mi cumpleaños. Mejor me tomo una cerveza, juego un rato a la Play y empiezo mañana. Total, todavía me quedan 364 días para desactivar la crisis de los 30.

10 comentarios:

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  2. "Mi vieja es una especie de pecera en la que, sin comerse, conviven una rata y una serpiente."

    De Freud en adelante... la mejor definición de "madre" que he leído!! Magistral!! jaja!
    Muy bueno Natalio!!

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    1. Muchas gracias, pero debo reconocer que el mérito es de mi madre.

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  3. increible lo de la rata y la serpiente

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  4. Muchas gracias, Chino Zorrillo. Sí, para mí también es increíble, pero mi vieja es así.
    Saludos!

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  5. Hacía tiempo que no leía algo divertido y bien escrito. Gracias.

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    1. Gracias a vos, Fernando. Para mí es un honor el que puedas entretenerte con mis desdichas. Saludos!

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  6. De nada, mi sadismo, he notado, no tiene límites.

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  7. El primer día que te leo y me he matado de la risa con lo de la rata y la serpiente dentro la pecera, mi madre es malévola en su pequeñez, creo que te comprendo en ese punto.
    Ah ya me dieron ganas de hacer un blog como el tuyo a pesar que tengo menos años hechados a perder, siento que la universidad le lleva a uno a una duda existencial :L

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    1. Muchas gracias, Mawar, por la comprensión. Adelante con el blog y con la duda existencial. Cómo dijo el filósofo: "dudo, luego existo".
      Saludos!

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